Poco a poco la experiencia fue marcando derroteros y se fue reglamentando el sistema de préstamo. Las demandas crecían cada día y en el año 1976 se buscó ayuda técnica para lograr una mayor eficiencia. Se organizaron bibliografías por niveles, se estudiaron experiencias en otros países para ayudar a los docentes en su tarea de promover la formación de hábitos de lectura. Siempre se puso énfasis en el elemento lúdico y en el desarrollo de la creatividad. Ya la lectura nos había llevado al convencimiento de que el lector no es un destinatario pasivo, sino que él reescribe mentalmente el texto, partiendo de sus propias experiencias. Con estos propósitos la dramatización, el cuento y la poesía ocuparon su lugar en el desarrollo del trabajo escolar. Pensamos que quizá la principal herencia que debe dejar la escuela al ser humano; es aprender a usar la lengua; pero la lengua debe ser viva y con vida se aprende a usarla.

Cuando la biblioteca fue creciendo, se hizo necesario clasificar los materiales bibliográficos para mantener un servicio riguroso y ordenado. Se aplicó el Sistema Dewey y de esta tarea, además de la encargada, se encargaron algunas maestras y sobre todo, los hermanos Aguilar Mora, algunos de ellos, ex alumnos del Plantel.

Pasado un año, después de la clasificación, se hizo muy duro el trabajo para el comité encargado; se hacía necesario el nombramiento de una bibliotecóloga. Con mucho esfuerzo este servicio se consiguió en el año 1980. El nombramiento recayó en la persona de la distinguida compañera Hilda Ma. Castro Durán, quién para dar eficientes servicios realizó los estudios correspondientes en la Universidad Nacional.

Con la señora Hilda Ma. la biblioteca llegó a ser orgullo de la escuela. Se clasificó con un sistema más funcional y se configuró un servicio digno de la niñez, no sólo por la calidad del texto y la prontitud en el servido, sino también por la creatividad, la variedad de códigos y el lenguaje de la belleza; donde se conjugaron la forma, el color y el sonido como lo exige la formación del niño según los fines de la Educación.

Con el paso de los años la Biblioteca ha ido modificando su material, sus sistemas y su estructura con el fin de hacer de la misma un lugar agradable tanto a la vista como en su ambiente. En la actualidad la colección está compuesta por alrededor de 5 mil ejemplares distribuidos en áreas para un mejor manejo de la información y atiende una población de alrededor de 1200 estudiantes, 70 docentes, 15 administrativos, buscando siempre dar un servicio de calidad y tratando de resolver las necesidades de los usuarios en un tiempo y espacio prudencial. La Biblioteca es considerada un ente activo en la Institución y a partir del año 2016 se transforma en BiblioCRA.